15 de octubre de 2010

Curriculum Vitae



Advertencia: Como todo  curriculum vitae, es aburrido de leer, reiterativo, y totalmente obsoleto al día de la fecha.




Nací en mi Buenos Aires odiado, allá por el 79.  ¡Qué ciudad maravillosa! La verdad, pero cómo me repugna, no quiero volver ni en vacaciones. 
Mis padres eran profesionales. Mi madre arquitecta y mi padre, también. Mi padre era también. Matemático. Diseñador de barcos. Como arquitecto se especializaba en acústica e instalaciones de aire acondicionado, dos cosas que a simple vista se ve que están muy relacionadas, y tocaba el violín. Cuando conocía a alguien y éste le preguntaba a qué se dedicaba, él decía: soy alquimista. 
Me eduqué en este entorno edulcorado. Crecí intentando ir al colegio los menos posible ya que notaba lo nocivo que era. Afortunadamente, mi madre, que hasta ese momento guardaba cierta lucidez, me obligó a terminarlo con la excusa que al colegio se iba a socializar no a aprender. Yo aprendía en otro lado.Aprendía en el conservatorio, en la casa de mi abuela con su vasta biblioteca, y con  ella, que era una viejita loca ex periodista, con mis amigos  en la calle, etc.
Por suerte sobreviví hasta el instituto. No se por qué la gente cuando ve un adolescente dice...pobre...yo me lo pasaba muy bien. De alguna manera ya no tenía que ver a mis padres cuando no quería.Además, a esas alturas ellos ya habían más o menos madurado y habían decidido divorciarse.Estaba tocando todo el santo día y cuando me cansaba de tocar me iba a lo de mi abuela que vivía en la otra punta de la ciudad.
Tenía una gran cantidad de  amores platónico o más o menos, incluso con uno de todos estos, años después me casé. Era músico como yo. Era mi parte luminosa, yo lo creía así. Hasta ahí todo marchaba en orden, una vida normal.  
Hasta que cumplí 15 años. Mi madre se compró una casa nueva y con la mudanza cambié de instituto. Uno que me parecía un verdadero paraíso en la tierra.Era  completamente anárquico, los profesores eran todos de izquierda, ex perseguidos y o sobrevivientes de la dictadura militar, teníamos un régimen en donde nosotros salíamos y entrábamos pero éramos responsables de quedarnos libres o no. La verdad es que estaba uno peor que el otro de la cabeza...tomábamos cerveza con ellos...realmente, si no lo hubiera vivido,si  me lo hubieran contado, no me lo hubiera creído...
Por mi parte, y como me habían inculcado la socialización, yo socializaba con el de inglés. Un pirado total, que tenía 34 años e iba a dar clase con una capa negra al mejor estilo Conde Drácula, borracho y fumado. George. Me parecía una relación light, la verdad.Un poco de oscuridad no me venía mal en mi educación, al fin y al cabo tenía que poder llegar a  tocar bien a los modernos alguna vez. 
Si, eso era, realmente me hacían muy bien esas tardes en el barrio de Palermo, sobre todo las de fin de semana, de Keats,Yeats, Tennyson, Swinburne, Poe y no se cuantos más...aderezadas con te, galletitas criollitas y preservativos prime...luego tocaba mejor. 
Lástima la depresión postparto. Si esto me hubiera pasado ahora, vería claramente lo gilipollas que era el George este. Que además de emborracharse, drogarse y arriesgarse a que le dieran una patada en el culo por acostarse con una menor, iba medio disfrazado por la calle a plena luz del día y encima se vivía cagando de angustia.
Hastío. Eso me generó finalmente. No llegó a aburrirme porque como todo lado oscuro genera adicción.
Me recuerdo una de las últimas tardes, después de, que me preguntó si lo quería.Le dije que no. Y escuché como un eco que me devolvía un :yo tampoco.
_________________________________________________________________________________


El "no va más", fue un día que como muchos llegó completamente drogado a clase, entró, se me plantó delante, todavía recuerdo como se reían mis colegas, y me recitó la primera estrofa de The Triunph of Time, del amigo Algernon...


"Before our lives divide for ever,
While time is with us and hands are free,
(Time, swift to fasten and swift to sever
Hand from hand, as we stand by the sea)
I will say no word that a man might say
Whose whole life's love goes down in a day;
For this could never have been; and never,
Though the gods and the years relent, shall be."

Y como había entrado, se dio media vuelta y se fue. Nadie entendía nada, se reían, no de mi, claro, eso hubiera sido soportable. Que vergüenza. Que tristeza. 

No fue a clase por una semana. No me cogía el teléfono, no me abría la puerta. La versión oficial era que estaba enfermo de hepatitis. La otra, era cirrosis.
No lo volví a ver más. Se ahorcó.
______________________________________________________________________________________________

Ahora mismo, luego de tantos años, no pienso nada al respecto. Pero por las dudas, si alguno me volviera a hacer la misma pregunta, le diría que si, aunque fuera mentira. Y mucho menos pregunto...no sea cosa que esta vez, la ahorcada sea yo.




A modo de dedicatoria o exorcismo o epitafio (mi padre, también se suicidó, unos años más tarde):
Gracias papá por leerme a Bierce y la Alicia Anotada, por llevarme a ver pelis de Buster Keaton, Jacques Tati, Murnau, Buñuel y muchos etc., por el Bellas Artes los jueves que era gratis, por enseñarme el Teorema de Pitágoras a los 5 años y acompañarme a los conciertos, primero sentados los dos entre el público, y más tarde,solo tu.

No hay comentarios:

Publicar un comentario