24 de octubre de 2010

A, ante, bajo...


ante
bajo 
cabe
con
contra
de
desde
en
entre
hacia 
hasta
para 
por
según
sin
so
sobre
tras


Me desperté aturdida, con una avispa  metida dentro de mi cabeza.
Me di mi abúlica ducha de domingo y me tomé un te para ver si se me pasaba el estado lamentable de alteración matinal.
Las solitarias mañanas me agradan, me invitan a la autocontemplación, si son en sábado o domingo, claro está. Si no, no alcanzan, se me burlan, y me fastidian.
Y ahí estaba la razón de mi inquietud, en el fondo de la taza. En el fondo de la taza leí: si no fuera por las preposiciones no existiría el relato erótico.


Llegué a las seis
Me quité la ropa ante ti
Bajo las horas sombrías de la tarde
Acercando tu cuerpo cabe al mio
Olvidando con ternura
Lo masculino contra lo femenino.
Tu cama de eneldo
Desde hoy es mía
Y agotas en mi
Entre tus sonidos y los míos
Hacia las costas vertiginosas
En donde te esperé hasta ahora
Para poder así
Por la fuerza
Según estaba concebido
Sin sosiego
So pena de muerte
Sobre mi vientre
El alba tras despertar.


Y es que me había olvidado de decirte, que para mi, el amor no es más que la sublimación del deseo.







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