9 de enero de 2011

Exactamente así, sin cambiarte nada. Con tus soflamas, con tus obsesiones, con tus dudas, con tus miedos, con tus cabreos, con tus búsquedas, con tus anhelos, con tus logros, te quiero así. Y lo mismo en mi, siempre en libertad. Sin manipulaciones, y por favor, sin barreras.










"Enamórate de tu existencia." Jack Kerouac 


4 de enero de 2011

Los amigos me pueden llamar Dietilamida

Si pudiera, volvería al punto de partida. Lo malo de la cuestión es que no se cuál era el punto de partida. Y ya no estás para recordármelo. Ya no. O no estoy yo, que al final viene a ser lo mismo. De todas las rupturas que he sufrido, esta se me antoja  la más dolorosa de todas. Porque es doble.
Intento recordar y no puedo, se me confunden los colores, el tiempo transcurre discontinuo...voy a describir lo que veo de ese día o mejor dicho de aquella noche. 


"Todos parecían estar felices, con esa alegría ficticia de las reuniones de amigos. Donde todos se conocen o simulan conocerse, porque tampoco es verdad. Nadie conoce a nadie, otro lugar común, como el de aquellas  fiestas. Y por eso insisto, la fiestas de más de dos personas sobreabundan en mentira. La amistad se cultiva en el ostracismo y en clase preferente con uno mismo.  Por esto no podemos ser más, amigos.  De todo mucho, y de algo nada. Vacío con ruido yuxtapuesto, y el humo fornicador entre la multitud, que descomponía mis sentidos.  Siempre se me cruza lo mismo cuando entro en un reducto propicio para la socialización involuntaria, whisky  caro penetrando en gente de saldo. 
Y ahí estábamos, tu y yo, que irónicamente nos conocíamos tan bien. Y me mirabas como si nunca me hubieras visto antes, y no lo habías hecho. Me susurrabas cosas que no entendía, y asentí porque no me importaba que te dieras cuenta que no te comprendía. Y pronto entendí, que se me estaba clavando algo en mi estómago, que simplemente era un recuerdo de ese alguien que sin conocerlo debo comenzar a olvidar. Por eso es doble la ruptura, pero siempre hay que anteponer el orden al caos. 
Si en el fondo soy una nena buena, que da sin esperar recibir nada a cambio. Mis listas del "me conviene" y "no me conviene", no son  más que un triste recordatorio del "debería deber". 
Aturdimiento, y se que se sumaron al menos dos personas más. Pero a partir de aquí, solo son sopas de letras. Y me extendiste tu mano con algo que me comí con desesperación, no se bien como describirlo, una especie de rama en un naufragio, que aparece diabólica, para ayudarte a salir a flote, hacia un lugar más remoto que la propia muerte.  Y luego veo aromas, oigo colores, huelo sonidos...y me abandonaba a la vida en pausa, sin saber que tu ibas a presionar el play. Y no veo nada más."


No recordaba lo que había soñado cuando finalmente desperté, pero estabas ahí y no había soñado contigo. Y se que una vez más lo percibiste, y por eso yo tenía que morir. Hay veces que no te dejan opción. Como hoy mismo.  De nada valen ya las llamadas del recuerdo, porque es por él por quien hoy lloro.  Y es por él, por quien he decidido morir, ya que tu no has logrado matarme. Porque hoy moriré, de eso, si que estoy segura. Y no lo haré en tus brazos, como lo habías planeado, ni en los suyos, aunque se que lo anhela con desdén. Y moriré por ti, porque se que nunca has amado, y moriré por él porque nunca ama y nunca amará. Y moriré por mi, porque no creo que exista el  amor, aunque conservo la esperanza, que cuando mañana  ya no esté, éste  sea puesto en libertad,  como una brisa imperecedera.