22 de junio de 2011

La disección del sapo







Recordé todas las veces que te vengo evitando en mi mente, por las dudas, y finalmente llamé. Qué bueno es conocernos tan bien tu y yo, sin ser amigos, digo.


 Siempre me alivio cuando rechazas la llamada. Luego llamas. 


Yo siempre te atiendo, pero no es lo mismo. 


Me tienes una paciencia infinita. Me sorprendes. Aunque reconozco que hoy cuando llamaste, noté que estabas con las bolas francamente hasta el piso de mi. Normal, pensé, te prometí que llamaba en dos semanas y pasaron dos meses. Pero bueno, tu tampoco llamaste, lo bueno de haber acordado que llamo siempre yo. 


Esta vez tenía una buena razón para no llamar, pero no te lo digo porque no importa mucho. No te pienso dar el coñazo contándote que me contagié una bacteria de mierda en las encías que me tuvo a mal traer durante dos meses. Que medio me enamoré de otro tío en el medio, y ya se me pasó. Que he renovado mi contrato de alquiler por cinco años y eso hace que siga estando a la misma distancia de ti. Supongo que a ti te han pasado cosas también, aunque siempre que nos vemos estás exactamente igual, no te ha pasado absolutamente nada en apariencia y me miras igual que cuando nos encontramos en el Metro Prosperidad aquel domingo. 


Lo que pasa es que voy a cambiar el guión. Porque yo también estoy cansada de mi misma, la verdad. Lo que pasa es que no te lo pienso dar escrito, te voy a dejar improvisar que es lo que haces mejor. Y yo no voy a decir nada, que también es lo que se me da mejor. 


-Si es muy urgente, te llamo hoy a las 12 o 1 de la mañana.Pero mañana lo tengo libre...


Me reí por dentro, sabía perfectamente que querías que nos viéramos, ahí es donde  te  comienzo a cambiar el guión.


-No, yo a esa hora duermo. Te llamo mañana y hablamos tranquilamente.


Te cambio el polvo trimestral sin complicaciones que tanto nos complace a ambos,  por lo que más te gusta en la vida y encima nos pagan una pasta. ¿Cómo era? "La membrana entre el amor y el deseo es tan frágil entre nosotros que no existe"...Sí, era eso. Por cierto, yo tengo otra buena frase también, pero para ocasiones como estas: "Donde se come no se ensucia". 
Me recuerdo de tus frases trascendentes  muy bien, y en orden cronológico:
a)"¿Somos novios o no somos novios?"No se por qué  me parece que  no me equivoco al pensar que  mis carcajadas  fueron una respuesta equivocada, porque hasta el día de hoy sigues enfadado conmigo, pero claro, era la segunda vez que te veía en mi vida.
b) "Me gusta estar contigo. Eres una italiana del sur, y yo soy un italiano del norte."
c) (Esta es particularmente memorable, la he escuchado un centenar de veces y siempre me hace agregar al lado del nombre del tío un: conejo asustado. Pero tu la dijiste por teléfono y te pusiste a llorar, así que me olvidé de escribirla cuando corté)
 " No quiero que sufras, soy un desastre, todo lo hago mal excepto tocar el saxo."
d) "Eres la única mujer que me comprende." Esta viene con cierta recurrencia, y me agrada escuchártela.
e) "La membrana...blablabla..."no tengo ni idea de donde la habrás sacado pero me enterneció por un par de minutos, y te creí.
f) "Vivo para la música."
g) (en Abril)"Cuídate, llama cuando quieras, yo estaré grabando."


El punto g es mi preferido. Pero he estado sospesando los otros todos estos meses, y me parece que no he sido para nada objetiva, Lo mejor de ti es el f. Y el mío también. Y es curioso, porque por el punto f vamos a tener que llamarnos, vernos, olvidarnos de las filosofías de membrana, de la disección del sapo, tu bajarte de tu pedestal de crack del jazz y yo de mi pose de femme fatal que me oprime últimamente, afinar y ensayar para poder  cobrar la pasta.









No hay comentarios:

Publicar un comentario