15 de septiembre de 2011

Uñitas

Si tuviera que describir mi vida, ni se me pasaría por la cabeza describirla como un cuento de hadas. Jamás me disfracé de princesa de niña, ni esperé al príncipe azul. Nadie me engañó. Lo más parecido a un cuento de hadas que me pasó en mi vida, fue una vez que estaba durmiendo y se me cayó un cuadro que estaba colgado en la cabecera de mi cama, sobre mí, estalló y me despertó. Al extender mi brazo hacia abajo, como tengo aun por costumbre al despertar, me clavé una esquirla en el  dedo índice. Terminé de despertarme presa por el dolor y al ver que mi dedo estaba sangrando, me bajó la tensión y me desmayé.

Mi señora madre, que es anti-monárquica, no solo no me prometió príncipes, si no que me habló pestes de ellos. Eso sí, en cuanto percibió que podía aparecer alguno, me advirtió encarnada: "que se ponga preservativo."


Mi padre nunca me dijo nada, me leyó Pinocho y los Mitos griegos estoicamente, durante años, incluso cuando yo ya me los sabía de memoria y los podía recitar a la par hasta quedarme dormida. 

En retrospectiva, reconozco que era una pequeña déspota. Me alegro. Ya que me iban a pinchar el globo tan pronto, al menos que me fomentaran la imaginación de una manera productiva. 

Al día de hoy, no creo en los cuentos de hadas, la monarquía me parece algo caduco, y los príncipes no me ponen. 

Luego soy un poco contradictoria, porque mi casa está llena de mariposas, lucecitas  de colores y espacios de cuento, tengo miniaturas escondidas por toda la casa, sonadores, espejitos, piedras mágicas, velas de formas imposibles, bolas de cristal, fuentes con duendes, brumas  y cosas por el estilo. 

Es posible la contradicción por lo siguiente : sí creo en las hadas. 

Las hadas no tienen alitas, ni viven en los árboles, ni tienen orejas alargadas. No, las hadas, se plantan y les dan un revés en plena cara  verbalmente a los gilipollas, no cogen el teléfono si están hartas de escuchar tonterías,  clavan las uñitas donde más duele si es necesario, o pasan...

Con las hadas nunca se sabe, un día parece que sí, y otro, parece que no. Están un instante en un sitio, pero luego, desaparecen y reaparecen en el sitio opuesto. Se dejan ver si quieren. Bromean, cambian las cosas de sitio, y a veces, murmuran cosas ininteligibles...


4 comentarios:

  1. También a esta pieza la llaman "Fairy Tales"

    http://www.youtube.com/watch?v=eRBqQPFrCr0

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  2. Suena mejor en directo. Y por mí.

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  3. Cierto. ¡Cuántas cosas guardan algunos caballeros en sus mangas! No dejo de sorprenderme...

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