1 de noviembre de 2010

Hechizada

Siempre hay algo mágico en las madres. No puede ser que puedan dar la vida así como así. Algo superior existe. 
Algo esotérico tienen todas,  algunas porque adivinan nuestro estado de ánimo con solo un "hola", otras porque nos esperan aunque hayan trabajado de sol a sol sin pestañar, tras la puerta, hasta que llegamos a casa a altas hora de la madrugada y cuando presienten la llave en la cerradura, desaparecen como por arte de magia, otras porque guisan unas pócimas maravillosas con uno o dos elementos, otras que, aunque no abracen, nos miran y se funden con nuestro corazón, y podría seguir así toda la noche, enumerando sin parar, sin tener que detenerme. 
La mía, como la gran mayoría, tiene varias de estas cualidades. Pero lo que más le agradezco de todas estas manifestaciones sobrenaturales, es que sin haberlo pronunciado, me haya enseñado el encantamiento de ser madre.


Halloween 2010

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