28 de noviembre de 2010

Las cuatro estaciones y un trasbordo

¿Te das cuenta no? Nos están sobrando demasiadas palabras en esta historia. Demasiadas mentiras y demasiadas verdades. Y comienzo a preguntarme :¿para qué?, ¿por qué esa necesidad de verbalizar todo?. Las palabras guardadas limitan, pero las dichas de más frenan. Obviamente no hay que perder de vista que una buena frenada a tiempo puede salvar al menos una vida. O dos. Pero de todas formas más tarde o más temprano vamos a morir ambos. Y perdóname que te lo recuerde, pero por el momento estamos vivos. Y fuera hace frío, y en tus brazos no. 
Es curioso hablar de libertades cuando me encuentro completamente atrapada. Seducida por mi propia libertad. Pero es como todo. La naturaleza es la naturaleza. Y si, puede haber un tsunami, puede haber un terremoto, puede entrar en erupción el volcán, pero vivimos en una ciudad sin mar, no es zona sísmica y el único volcán que conozco por aquí es el nombre de una compañía de un  representante musical. Así que cabe esperar que la naturaleza por aquí, se comporte igual que cada año desde hace siglos y que luego de este frío invierno venga la primavera casi inexistente y luego el verano abrasador. Y ya me contarás si esta ronda inalterable de la naturaleza nos acompaña en nuestro palabrerío una vuelta completa, si podremos no abandonarnos incluso por comodidad a un inevitable desenlace. Des enlace. Es que soy muy optimista, y no puedo evitar pensar en lo peor.
Recuerda que me has pedido que te hiciera notar en cuanto pudiera ver que estabas perdiendo el estoicismo. Así que por favor, lee y reescribe esta historia hasta el final, una y otra vez y luego, sonríe.




"Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas."  Proverbio árabe

No hay comentarios:

Publicar un comentario