7 de noviembre de 2011

"La añoranza se asfixió bajo el hábito." Gustave Flaubert



Recuerdo la cálida noche en que me quité mis velos uno a uno. Y 

si cierro los ojos, puedo ver aun hoy, cómo me derrumbé. Y oigo 

tus palabras, procaces y tiernas. Y también me oigo a mi.  

Mi gracia, tu risa. Me siento entre tus brazos por un momento 

querida, o probablemente haya sido solo calor. Vuelven a 

sorprenderme mis propias palabras, pidiéndote lo contrario de lo 

que quiero hoy.


El pasado, que me va robando el presente, día a día. Tu 

quieres echarme de menos, yo no necesito eso. Yo busco la 

rutina, quiero que no me pase nada extraordinario, quiero no 

tener nada nuevo que  contar, y que llegue la noche para 

acariciarte la barba en el sofá. 

Y así, leído rápidamente, podría pensarse, pero si esta mujer lo 

que pide es tan sencillo, no pide nada imposible, ¿cómo no lo 

obtiene?

Pues es muy simple, la respuesta, si que la es, como me dijo un 

caballero una vez:"Enamorarse de ti es lo más fácil del mundo, 

lo que pasa es que hay mucho torpe." Luego supe, que en parte 

se estaba refiriendo a sí mismo, por eso, ahora se, que en el siglo 

XXI, los caballeros, se comportan todos como si fueran señoritas 

de épocas remotas,pero  que en vez de guardar el himen, 

guardan alguna otra cosa, vaya uno a saber qué es, dudo mucho 

que sea ésto, tan difícil de componer como aquel...

No hay comentarios:

Publicar un comentario