Puedo amar.
Pero no lo puedo decir.
De hecho, amo.
Tengo miedo.
No tengo miedo a perder la libertad.
Tengo miedo al dolor.
No a mi dolor.
Tengo miedo a tu dolor.
Aspiro a un amor que no se si es posible.
Una entrega tácita y completa.
Mi silencio es tan doloroso.
El no poder decir que no quiero a nadie más.
No es que todos los hombres sean más o menos iguales.
No es que todos los hombres sean más o menos diferentes.
No me importa nada de todo eso.
Es posible que me arrepienta algún mañana de haber dicho basta.
Tu cariño se cuela por las grietas de mi corazón mudo .
Ahora debo pensar.
Tres días y tres noches.
Me vuelvo silenciosa cuando amo.
Me vuelvo fiel cuando amo.
Pero no lo puedo decir.
Solo puedo amar.
"Comprendí que el decantarme por coleccionar divorcios era una manera práctica de no tener que cargar con los maridos cuando cambiara de ciudad..."
5 de diciembre de 2014
3 de diciembre de 2014
La mala mujer
La dejó ayer porque era una mala mujer.
Según él, ella no era buena.
Ella no era muchas cosas:
Buena.
Atenta.
Bonita.
Luchadora.
Atractiva.
Generosa.
Abnegada.
Combativa.
Solidaria.
Digna.
Diligente.
Honrada.
Ella dejó que él la dejara porque, aunque poseía todas estas cualidades, planeaba salir de viaje a Budapest.
Según él, ella no era buena.
Ella no era muchas cosas:
Buena.
Atenta.
Bonita.
Luchadora.
Atractiva.
Generosa.
Abnegada.
Combativa.
Solidaria.
Digna.
Diligente.
Honrada.
Ella dejó que él la dejara porque, aunque poseía todas estas cualidades, planeaba salir de viaje a Budapest.
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